Sierra Nevada es un macizo
montañoso perteneciente al conjunto de las
Béticas, concretamente a los sistemas
Penibéticos. Está situada en
Andalucía,
España, extendiéndose por la zona centro-sureste de la
provincia de Granada y parte del suroeste de la
provincia de Almería. En
1986 fue declarada «
Reserva de la Biosfera» por la
Unesco y en
1999 gran parte de su territorio fue declarado
Parque Nacional por sus valores
botánicos, paisajísticos y naturales. Es el macizo montañoso de mayor altitud de toda
Europa occidental después de los
Alpes. Su
altitud máxima se alcanza en el pico
Mulhacén, de 3.482
msnm. La sierra Nevada, juntamente con las Béticas, se formó durante la
orogénesis Alpina en la
era Terciaria. A causa de su aislamiento y altitud, desde el fin de la
Glaciación de Würm el macizo ha quedado como refugio de innumerables plantas y
endemismos impropios de las latitudes mediterráneas en las que se sitúa, según fuentes del
Ministerio de Medio Ambiente de España,
[1] 66 especies vegetales vasculares
endémicas y otras 80 especies animales propias del lugar.
Ubicación: una cadena montañosa situada en la
cordillera penibética, que está delimitada por el
valle de Lecrín al oeste, el
valle del Guadalfeo al sur, por la
depresión Bética al norte, por el
corredor de Gérgal al este, y por el valle del
Andarax al sureste. Las
coordenadas geográficas entre las que se encuentra son aproximadamente: de 36º 55' a 37º 15' de latitud norte, y de 2º 56' a 3º 38' de longitud oeste. Tiene una longitud de casi 80 km, su anchura oscila entre los 15 y los 30 km, y su superficie es de más de 2.000 km².
Dentro de la sierra Nevada se encuentra el
Mulhacén, el pico más alto de la
península Ibérica, con 3.480 metros de altitud, así como el
pico del Veleta, el segundo en altura, con 3.392 metros, y después va el
Aneto que pertenece a los
Pirineos. (Ver picos más importantes en cuadro adjunto).
La cara norte del macizo es el lugar de nacimiento de multitud de ríos situados casi todos en la cuenca del
Guadalquivir: aquí nacen ríos como el
Nacimiento (afluente del
Andarax), el
Fardes, y el río
Genil, el más importante de todos; en las caras oeste y sur nacen ríos pertenecientes a la vertiente mediterránea, como el
río Dúrcal o Ízbor, el
Trevélez, el
Poqueira, tributarios del
Guadalfeo, que también nace en la sierra, y los ríos
Adra y
Andarax, con sus respectivos afluentes. En esta misma vertiente se encuentran la mayor parte de las casi 50 lagunas de alta montaña existentes en la sierra Nevada, muchas de las cuales dan lugar al nacimiento de ríos y arroyos.
Gran parte del entorno, sobre todo por encima de los 2.400 metros (correspondiente con el límite de las nieves perpetuas hasta la llegada del período
Holoceno) ha sido modelado por la antigua presencia de glaciares, dando lugar a innumerables lagunas de alta montaña, especialmente en la vertiente sur del macizo, y valles en forma de "U".
La mayor parte de su extensión está dentro del
Parque Nacional Sierra Nevada, ocupando un total de 86.210 hectáreas; otras 86.000 ha corresponden al
parque natural circundante. Dentro de este parque se encuentra el
Observatorio de Sierra Nevada, y la
estación de esquí situada más al sur de
Europa, conocida por sus suaves temperaturas y abundante número de horas de sol.
El
Observatorio de Sierra Nevada se encuentra en la ladera norte, a 2.800 metros de altura. En 1935 se abrió una carretera que conducía a la cumbre del
pico Veleta. El tramo que conducía al pico Veleta fue cerrado al tráfico en 1999; hasta entonces era considerada la carretera más alta de Europa.
No obstante, los Parques Natural y Nacional de Sierra Nevada, entre los meses de junio y octubre de cada año (si la nieve lo permite) suelen poner a disposición del público un
Servicio de Interpretación de las Altas Cumbres, compuesto de microbuses y guías, que realiza varios viajes al día, el cual transporta a los usuarios desde el Albergue Universitario (2.500
msnm) hasta las Posiciones del Veleta (3.100 msnm) y vuelta. Este mismo servicio es ofrecido, en la vertiente Sur del macizo montañoso, entre la localidad alpujarreña de
Capileira y el Alto del Chorrillo (2.740 msnm), en las estribaciones del Mulhacén.
Además, dichos organismos pueden autorizar excepcionalmente el uso de la antigua carretera cuando la solicitud esté amparada por alguno de los casos previstos en la regulación de este espacio protegido (vg. la realización de investigaciones científicas, organización de eventos deportivos, etc.). Lo que sí ha sido definitivamente clausurado mediante el corte físico de la carretera para vehículos de motor (sigue siendo apto su uso por caballerías y bicicletas de montaña) es la prolongación que ésta tenía hacia la
Alpujarra, concretamente entre el puerto de la Carihuela del Veleta y el mencionado Alto del Chorrillo.
Historia y origen del nombre
Vista de la sierra Nevada, con la Alhambra en primer término, desde el mirador de San Nicolás, Granada.
Existen referencias a la sierra Nevada desde la antigüedad.
Plinio el Viejo ya mencionó en el siglo I la existencia del monte
Solarius en la zona fronteriza entre las provincias romanas de
Hispania de la
Bética y la
Tarraconense. Durante la época visigoda,
Isidoro de Sevilla habló del
monte Solorio, derivado de
mont Oriens, «monte en el que luce el sol antes de salir». Posteriormente, diversos autores islámicos la mencionan, denominándola unos
Yabal Sulayr (monte del Sol o del Aire),
Yabal-al-Tay (monte de la Nieve), y otros simplemente monte
Sulayr. Otras denominaciones posteriores han sido
monte del Sol, del
Aire y del Sol, de la
Nieve y también
Sierra de la Helada, siendo a partir del
siglo XVIII bautizada de la forma en que es conocida hoy en día:
Sierra Nevada.
Durante el
siglo XVI fue escenario de la
Rebelión de las Alpujarras. Posteriormente, el siglo XVIII marca el inicio de diversas expediciones, en las que, influidos por el espíritu de la
Ilustración, se comenzó a explorar sistemáticamente la sierra. Así, sobresalen la dirigida por el
marqués de la Ensenada, a la que siguieron otras protagonizadas por importantes científicos, especialmente botánicos, biólogos y geólogos. Éstos empezaron a describir en sus obras la importantísima riqueza natural de la sierra. Autores como
Washington Irving se establecieron en sus inmediaciones en el siglo XIX. A finales de ese siglo,
Ángel Ganivet, a la sazón cónsul de España en Finlandia, comentó en alguno de sus escritos
[2] que la sierra podría convertirse en la «Finlandia andaluza», por la existencia de nieve más de 6 meses al año. Ya en el siglo XX, el escritor e hispanista británico
Gerald Brenan se estableció también en sus inmediaciones, dedicando su obra
Al sur de Granada a inmortalizar la más significativa de las comarcas de la sierra, la
Alpujarra